Cuando la señalada no es buena, muy pocos piensan en Brucelosis, como la causa de esa baja eficiencia reproductiva en sus ovejas. Las alteraciones que pueden observarse en el aparato genital del carnero, reconocen diferentes etiologías. Entre las de causas infecciosas, la Brucelosis ovina es sin duda la enfermedad más importante por la frecuencia de presentación, la distribución geográfica y el daño por pérdidas económicas que produce.
La Brucelosis ovina puede ser producida por Brucella melitensis o por Brucella ovis; dos bacterias o agentes infecciosos que tienen consecuencias diferentes para la salud humana, la producción y la sanidad animal.
La infección por Brucella ovis afecta exclusivamente al ganado ovino en el que produce un cuadro denominado: “Epididimitis infecciosa ovina” o “Epididimitis de los carneros”.
No hay evidencias de contagio a la especie humana, pero produce importantes pérdidas económicas, al disminuir la producción animal.
La infección por Brucella melitensis produce abortos en ovejas y cabras y se transmite al hombre, provocando la “Fiebre de Malta”. Afecta a muchas regiones del mundo y es responsable de numerosos casos de Brucelosis humana diagnosticados en nuestro país, principalmente en aquellas Provincias del Noroeste y Centro, donde la prevalencia y los censos de ovinos y caprinos son más importantes.
A pesar de las graves consecuencias para la salud humana y el impacto negativo para la producción animal, ninguna de estas dos enfermedades infecciosas, son objeto de campañas de erradicación obligatoria en nuestro País.
En este trabajo se hará referencia a la Brucelosis ovina producida por Brucella Ovis o también denominada “EPIDIDIMITIS DE LOS CARNEROS”, enfermedad infecto-contagiosa que afecta la eficiencia reproductiva de las majadas.
Distribución Geográfica.
Tiene amplia difusión en la Provincia de Buenos Aires. Si bien B. ovis ha sido identificada en todas las regiones donde se crían ovinos, su verdadera extensión en Argentina, a nivel de establecimientos, debiera ser mejor conocida, vale decir: es necesario contar con datos más precisos y actualizados de prevalencia.
Sólo en algunas zonas o regiones se presentan resultados de sueros procesados o muestreos efectuados, pero son muestras que no provienen de relevamientos realizados con diseño estadístico, por lo cual no indican “prevalencia”. No obstante, los datos obtenidos en el INTA Balcarce muestran una gran distribución de la Epididimitis.
En el Centro y Sudeste de la Prov. de Bs. As. la presencia de reactores en un alto porcentaje de los establecimientos que remitieron muestras; presencia de reactores en cabañas ovinas, que deberían estar “libres” de enfermedades infecciosas-reproductivas; mayor porcentaje de reactores en majadas generales, comparado con cabañas.
La enfermedad se manifiesta.
La brucelosis origina lesiones en los genitales del macho produciendo infertilidad o sub-fertilidad.
Las manifestaciones clínicas más importantes en los carneros son la epididimitis y la disminución de la fertilidad, debido a la mala calidad del semen, obligando a que se eliminen reproductores de alto valor genético; además produce aborto en ovejas y nacimientos de corderos débiles.
En la mayoría de los casos, las lesiones en los testículos y epidídimos sólo pueden detectarse por palpación.
Sin embargo, no todos los animales enfermos presentan lesiones testiculares. Se ha comprobado que hasta un 70% de los carneros infectados suelen no desarrollar lesiones palpables, vale decir: sólo el 30% de los afectados presentan epididimitis. Los demás carneros tienen testículos y eyaculados de apariencia normal, pero igualmente pueden eliminar bacterias por el semen en forma intermitente.
Cuando se utiliza un alto porcentaje de reproductores machos al servicio, 4% ó más, puede enmascararse el efecto de la enfermedad sobre la fertilidad, porque usualmente no todos los carneros están afectados y los machos sanos compensan la incapacidad de los enfermos.
Cuando hay Brucelosis en la majada observamos:
* Repetición de celos en ovejas servidas.
* Menor porcentaje de parición y destete.
* Alta mortalidad perinatal.
* Abortos a término.
* Nacimiento de corderos débiles.
¿Cómo se infecta una majada y se contagian los animales?
La enfermedad suele aparecer por primera vez, tras la compra de animales infectados.
El carnero es el diseminador activo de la infección a través del semen. El macho portador, con o sin lesiones, puede transmitir la enfermedad a otro carnero directamente por saltar entre ellos o indirectamente a través de una oveja que tiene brucelosis.
En nuestras condiciones de explotación, muchos ganaderos realizan un servicio continuo, lo que facilita la difusión de esta enfermedad. Muchos opinan que la transmisión venérea pasiva, a través de la oveja, es la principal vía de contagio. Una misma oveja suele ser “cubierta” por varios carneros y esto aumenta o favorece las posibilidades de contagio.
La transmisión directa de carnero a carnero es también frecuente en sistemas de explotación con “servicio estacionado”, ya que los animales al estar juntos durante un largo período y al entrar en celo, establecen jerarquías de dominancia, caracterizados por frecuente comportamiento homosexual.
Puede transmitirse la B. ovis a través de la mucosa rectal, pero es mediante la vía oral, como se produce la mayor parte de los contagios de macho a macho, lamiéndose el prepucio unos a otros. Todas las formas son posibles, sin embargo la transmisión venérea pasiva, a través de la oveja, debe considerarse como la vía más importante de difusión de la infección.
Carneritos jóvenes que adquieren madurez sexual e ingresan por primera vez a la reproducción son muy susceptibles.
En general, la incidencia de la enfermedad se incrementa con la actividad sexual y con la edad; los animales adultos tienen más probabilidades de infectarse, sin embargo esto no significa que sean más sensibles que los jóvenes; se trata de un problema de probabilidades: cuanto más tiempo permanece un carnero en un medio infectado, mayor probabilidad tendrá de infectarse.
Los carneros vasectomizados (retajos) pueden también infectarse y ser importantes difusores de la enfermedad.
La Brucelosis se diagnostica.
1.- Examinando clínicamente a los carneros mediante palpación testicular y de ganglios.
Diagnóstico clínico: La palpación de los testículos y la presencia de epididimitis, si bien es importante, nos puede dar solamente una pauta de la magnitud de la enfermedad en la majada, ya que no todos los carneros infectados presentan lesiones y existen otras causas que también pueden producir epididimitis.
2.- Extrayendo semen y sangre para remitir al laboratorio de análisis.
Diagnóstico bacteriológico: El aislamiento de Brucella ovis del semen permite realizar el diagnóstico concluyente. Sin embargo, no todos los carneros infectados eliminan siempre gérmenes en el eyaculado. Si se consigue aislar el agente causal de una muestra biológica es prueba irrefutable de que el animal está infectado.
Diagnóstico serológico: Esta metodología consiste en detectar anticuerpos en sangre contra la bacteria Brucella ovis, separando y analizando el suero de los animales en estudio. Son técnicas utilizadas por su rapidez, economía y practicidad.
Las pruebas detectan presencia de anticuerpos, no bacterias y las que actualmente se recomiendan para B. ovis son: Fijación de Complemento (F.C.); Inmunodifusión en gel de agar y ELISA. Son pocos los Laboratorios de Análisis Veterinarios que dan servicio de diagnóstico serológico con técnicas de alta sensibilidad y especificidad como ELISA o FC., (ambas metodologías reconocidas por la OIE para el comercio internacional de ovinos y semen).
Las vías de eliminación de la Brucella ovis son, en los carneros, el semen y en algunos casos la orina. En las ovejas infectadas la bacteria se elimina por vía vaginal, durante varias semanas tras el parto o aborto, a través de la placenta, descarga de líquidos, sangre, feto abortado, etc. La infección de las mamas, produce excreción activa en leche que puede durar varias lactancias sucesivas. Los hijos de ovejas infectadas podrían nacer infectados o bien infectarse al mamar calostro o leche de madre con Brucelosis.
La prevención y control la realizamos.
* No ingresando animales sin previo examen y certificado de “libre Brucelosis”.
* Revisando a “todos” los carneros 2 veces por año. Un “control” pre-servicio 60 días antes; y en establecimientos donde a la 1ra. inspección se detectan problemas de infección localizada en ganglios superficiales y orquioepididimitis, se recomienda realizar un 2do. examen clínico post servicio, en lo posible dentro de los 30 a 60 días de finalizado el mismo. Para este trabajo es necesario identificar individualmente a los animales, mediante un sistema seguro y permanente.
* Eliminando animales con “problemas”, para evitar contagio de borregas, ovejas y otros carneros. Es importante aclarar que con la “castración” NO se evita que estos animales continúen infectados. Los positivos deben ser inmediatamente separados del resto y en lo posible inmediatamente enviados a faena.
* Cambiar el manejo de los machos, manteniendo los carneritos nuevos, separados de los adultos de mayor edad.
* De ser posible, dar servicio a las borregas con carneritos jóvenes, aunque tengan menor experiencia sexual, pero sí buen peso y “condición corporal”.
* Aplicando un Programa de Salud Preventivo (conjunto de buenas prácticas y una guía o Calendario Sanitario, registrando datos de carneros).
No está aprobado el uso de vacunas en la Argentina contra la B. ovis, por lo tanto la estrategia de vacunación preventiva no podemos aplicarla por el momento.
Los métodos de control de la infección están dirigidos a la realización de muestreos periódicos de sangre a todos los carneros, con eliminación de los animales positivos, frenando el proceso en el reproductor macho.
Básicamente, un “buen control” comprende la eliminación de todos los reactores a pruebas serológicas, incluyendo a las hembras positivas.
Es recomendable a su vez, la eliminación como reproductores, de todos aquellos animales que presenten lesiones testiculares, cualquiera sea su tipo; salvo circunstancias muy especiales, donde el valor genético de un carnero justifique intentar tratamiento medicamentoso y/o quirúrgico.
El éxito de cualquier Programa Sanitario depende de su correcta planificación; de establecer objetivos claros y usar mecanismos de control.
El VETERINARIO es la persona capacitada para diseñarlo y gestionarlo adecuadamente, ES IMPORTANTE CONSULTARLO.
Tener reproductores sanos y con posibilidades de brindar un buen servicio es clave para el mejoramiento de las majadas.
Méd. Vet. Jorge Manazza.
Grupo Sanidad Animal E.E.A. INTA Balcarce.
Cuanto es el día de gestaciones de la bacterias en cabrá y oveja
Hola Luis, sugerimos consultes a un Médico Veterinario. Gracias por escribirnos. Saludos