Emergencia hídrica.
Lo estima un informe de la filial santafesina de CRA por el impacto de las intensas lluvias en lotes agrícolas, potreros ganaderos y tamberos.
La mitad de las 13,6 millones de hectáreas de Santa Fe se inundaron, en distintos grados, por las constantes lluvias de abril, un escenario que provocará pérdidas por más de 2.724 millones de dólares, de acuerdo a una estimación que realizó la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), la filial de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en esta provincia.
Según este estudio, las pérdidas en el sector lechero alcanzan los 768 millones de dólares, por los daños a las pasturas, los problemas sanitarios en los animales y la fuerte caída en la producción de leche. Además se proyecta que los productores ganaderos de carne también deberán asumir “un rojo” de 689 millones de dólares.
Los daños a los cultivos implican, además, una pérdida económica de 1.017 millones de dólares, a lo que hay que agregar otros 250 millones de dólares que se resignarán en otras actividades agropecuarias (arroz, frutillas y caña de azúcar, etc.). “En Entre Ríos, las pérdidas también son muy importantes y superan los 1.300 millones de dólares”, agregó Dardo Chiesa, presidente de CRA.
Cerca de Rafaela, la mayoría de los tambos están afectados por las inundaciones. / Foto: gentileza diario La Opinión.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) precisa que durante abril se acumularon entre 600 y 700 milímetros de lluvia en Santa Fe, con picos todavía más altos en el centro y el noreste de la provincia.
“La situación en muchas zonas es desesperante y el desaliento de las poblaciones rurales va en aumento a medida que avanza la cosecha y se constatan los resultados negativos de la explotación. No es un problema de los productores solamente. Esto tendrá un impacto fuertemente nocivo sobre la economía rural y el interior de la provincia”, advirtió Julio Calzada, jefe de los economista de la Bolsa rosarina, en un informe que analiza las consecuencias de este verdadero diluvio.
Solo en los lotes santafesinos, las proyecciones de los exportadores, operadores de granos y Carsfe coinciden en que las pérdidas en soja oscilarían entre las 3,4 y 3,8 millones de toneladas, por la caída en los rindes y la pérdidas de calidad por los “porotos” brotados y podridos.
El último informe de la Guía Estratégica del Agro (GEA), de la Bolsa rosarina, destaca que cayeron en un 24% los rendimientos de la soja en el centro y sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y este de Entre Ríos. Es lo que midieron los técnicos una vez que las cosechadoras pudieron ingresar a los lotes después de semanas de estar “paradas” por la falta de piso. En el sur de Córdoba, el repliegue en los rindes es del 21%. Este relevamiento no incluye las pérdidas que se producirán por granos podridos, chuzos, livianos, brotados y húmedos, una serie de daños que sobre todo afectan a las variedades de ciclo cortos.
En el centro y sur de Santa Fe se concentra el mayor porcentaje de granos dañados, con valores que van del 25% al 80%. Un escalón debajo está el sureste de Córdoba, que alcanza valores del 10% al 40%, y en el resto de la región núcleo el nivel de daños trepa hasta el 20%. “La alta variabilidad de calidades se debe a las distintas fechas de siembra, el manejo que se llevó adelante, el relieve del lote y los milímetros que recibió”, explicó Calzada.
La pérdida de calidad en los porotos de soja es muy grave por los anegamientos y la alta humedad.
El Ministerio de Agroindustria, en su informe semanal de estimaciones agrícolas, reconoció que en algunas zonas de Santa Fe, por ejemplo en Cañada de Gómez, prácticamente toda la soja que faltaba trillar está en su totalidad dañada y los lotes que aun así son cosechados tienen una avería en sus granos que va de un 50% a un 100% y una humedad del grano por encima de la tolerancia de recibo, lo que dificulta la comercialización y el depósitos de dichos granos, ya que ni los acopios ni los puertos lo están recibiendo.
Las plantas de soja están en condiciones muy vulnerables, cuentan los técnicos, y las perdidas por desgrane pueden ir en aumento cuando todavía falta trillar cerca de un 60% de la producción sojera. “En sojas de segunda, de momento se esperan menores niveles de daños porque durante abril los cultivares se encontraban en etapas previas a la madurez comercial”, aclaró la Bolsa rosarina.
Otro problema que están enfrentando los productores es la falta de máquinas para cosechar. Es que algunos contratistas “emigraron” a zonas con mayores posibilidades de trabajar y hay una fuerte demanda por los que están operando en esta zona.
“El escenario de cosecha es el más difícil en la historia de la región. Entre barro y anegamientos, lentamente, las máquinas sortean los caminos para ingresar a lotes con panoramas desoladores”, reconoció Calzada.
En en centro y el noreste de Santa Fe se acumularon más de 600 milímetros durante abril, precisa la Bolsa rosarina.
La transitabilidad de la mayoría de los caminos rurales es muy mala por lo cual resulta imposible el traslado de la producción. Además es complicado encontrar lugares secos en los lotes para instalar los silos bolsa.
Frente a este panorama, en una reunión de la que participó el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, la Bolsa rosarina, Carsfe, Federación Agraria, Coninagro y Acsoja, entre otras entidades, se acordó impulsar subsidios directos a productores lecheros y hortícolas, diferir el pago de las facturas eléctricas y lanzar una línea de créditos blandos, con baja tasa de interés, para que los productores inundados puedan afrontar el nuevo ciclo productivo.
También se le va a solicitar al Gobierno nacional un aporte extraordinario para la reconstrucción de rutas, caminos rurales, puentes y obras hidráulicas.
Fuente: www.clarin.com/rural/Santa-Fe-perderian-US-inundaciones_0_1569443152.html
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