La mastitis es una enfermedad multifactorial, ocasionada por factores: físicos, químicos, mecánicos o infecciosos, que causan lesiones del tejido interno de la glándula mamaria provocando una respuesta inflamatoria o mastitis. La causa más frecuente es por invasión de agentes infecciosos, principalmente bacterias, las cuales penetran a través del orificio del pezón al interior de la glándula. La causa de la inflamación se debe a la multiplicación de los microorganismos y a que los productos del metabolismo de estos, lesionan el tejido glandular.
La inflamación puede manifestarse clínicamente o permanecer en forma subclínica, pudiendo presentarse con cambios patológicos localizados o generalizados dependiendo de la severidad del proceso, la cual dependerá hasta cierto punto de la virulencia del microorganismo, resistencia de la vaca, practica de ordeño y factores ambientales.
Continua siendo la enfermedad más prevalente y costosa de los bovinos lecheros ocasionando pérdidas importantes a esta industria.
La mastitis no solo es causa de la deficiencia en la calidad de la leche y disminución de la producción lechera, también provoca el deterioro y en ocasiones la pérdida glandular, siendo un evento no muy raro la muerte de la vaca, además implica mano de obra extra, leche de desperdicio, gastos por medicamentos e incrementa los costos por concepto de reemplazos (se reporta que el porcentaje de vacas eliminadas por causa de mastitis va de 1.3% hasta 25% anualmente). La leche contaminada constituye un riesgo para la salud pública.
Como parte de la patogenia a partir del proceso infeccioso inicial en la glándula mamaria, se altera la permeabilidad vascular, hay exudados y se modifica la composición de la leche, pudiéndose apreciar una reducción en el contenido de grasa, caseína, lactosa e incrementos en proteína provenientes de inmunoglobulinas, seroglobulinas; así mismo se dan aumentos de cloruro de sodio y bicarbonato.
Se debe reconocer que la mastitis es el resultado final de la interacción de muchos factores: la resistencia natural o la susceptibilidad individual de cada vaca; la cantidad de microorganismos presentes en el ambiente de la vaca (limpieza o manejo del patógeno), que determina la concentración de los microorganismos a los cuales se expone la ubre; la cantidad de estrés impuesto sobre los bovinos; una flora de microorganismos causantes de mastitis que varía considerablemente en su capacidad para producir enfermedad; métodos de manejo, incluyendo nutrición y función adecuada del equipo y procedimientos de ordeño, con especial énfasis en la higiene de este proceso.
El 80% de los casos de mastitis son ocasionados por la entrada de microorganismos patógenos específicos a través de los pezones y tejidos de la ubre; los casos restantes son resultado de lesiones traumáticas, con o sin invasión de microorganismos.
La enfermedad clínicamente puede presentarse en forma aguda, subaguda y crónica. Inicia bruscamente con cambios químicos y físicos de la leche y los cuartos afectados se muestran con aumento de tamaño, hipertermia y endurecidos en los casos más graves.
La forma subclínica es por demás importante, ya que comienza a provocar daños imperceptibles y no es fácil de detectar.
Las vacas lecheras comparten su ambiente con microorganismos y es inevitable que algunos de ellos entren a la glándula mamaria y causen mastitis. Se han identificado más de 140 diferentes microorganismos como agentes causales de mastitis. Ya que no es posible erradicar la mayoría de las formas de mastitis de los hatos lecheros, se debe enfatizar en la reducción de la prevalencia de la enfermedad a un mínimo práctico.
Para el control de la mastitis se requiere conocer por lo menos:
- Frecuencia, severidad y microorganismos prevalentes en los cuadros clínicos.
- Dónde y cuándo se están dando las infecciones glandulares.
Por lo anterior se tiene que conocer y evaluar las condiciones ambientales donde se aloja el ganado, donde se realiza la práctica de ordeño y el material y métodos aplicados en este proceso de producción.
La higiene es un factor de suma importancia, ya que cuando esta no es adecuada, la presencia de microorganismos potencialmente patógenos es inminente, aumentando la posibilidad de la presencia de mastitis (tanto en el ordeño manual, como en el mecánico).
La genética de cada individuo es otro factor importante, puesto que es un hecho que existen vacas que presentan mayor susceptibilidad a padecer mastitis; la resistencia por susceptibilidad de los animales a las diferentes causas de mastitis, es una cualidad heredable, relacionada con factores físicos, químicos y biológicos. (Jubb et al, 1985).
Y no menos importantes son los factores nutricionales, el tipo de alimentación y los diferentes ingredientes que conforman la dieta. Se debe realizar una correcta elección de estos, cuidando el porcentaje de inclusión de cada uno de ellos, para evitar condiciones tanto de deficiencias como de excesos que predispongan al animal a padecer alguna enfermedad.
Cuando el funcionamiento del equipo es deficiente y las condiciones sanitarias con las que se realiza las actividades de ordeño no son adecuadas, la maquina ordeñadora puede tomar parte en la presentación de mastitis al transportar microorganismos, establecer estos y/o lesionar al pezón por un sobre ordeño.
Dentro de los agentes patógenos causantes de mastitis, los mas importantes son: Streptococcus agalactiae, Staphylococcus aureus, Corynebacterium bovis, y especies de Micoplasma. La diseminación de estos patógenos sucede casi exclusivamente durante el proceso de ordeño, aunque los reemplazos del hato son a veces la fuente de organismos contagiosos no observados anteriormente en un hato lechero. Existen otros más que se encuentran en el medio ambiente que pueden ser clasificados como estreptococos diferentes a Streptococcus agalactiae, (Streptococcus uberis.), y bacterias Gram negativas, principalmente coliformes como Escherichia coli, especies de Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter, y Serratia. Los métodos de control tradicionales que son efectivos contra organismos contagiosos causantes de mastitis, son de valor limitado contra organismos de origen ambiental por su amplia diseminación en el ambiente de la vaca.
Las fuentes de organismos ambientales incluyen: materiales de cama; estiércol; suciedad y lodo; agua estancada y alimento. La fuente más importante es la cama porque los pezones están en contacto frecuente y prolongado con ella; el mantener los materiales de cama secos ayudan a reducir las poblaciones de esos organismos. Otras fuentes de estos organismos incluyen: las esponjas y trapos contaminados usados para lavar ubres; pasillos mojados y cubiertos con estiércol; jeringas para tratamiento, cánulas y agujas contaminadas.
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